11 tips para hablar en público en otro idioma
Si tienes que hablar en público es normal que sientas algo de nervios, muchas personas sufren de glosofobia (miedo a hablar en público). Este tipo de inseguridades pueden aumentar cuando, además, tienes que hacerlo en un idioma que no es nuestra lengua nativa.
Ya sea para una presentación de tu clase de inglés, para tu trabajo ante clientes internacionales o simplemente como parte de una entrevista de trabajo, en cualquiera de los casos es probable que en algún momento te pidan hacer una presentación frente a un grupo en algún idioma que tal vez no sea precisamente el que más dominas.
Siempre es mejor saber algunos tips para hablar en público y sentirnos más cómodos, así que si tienes que hablar en frente de una audiencia, olvídate del clásico “imagínate a todos en ropa interior”, que en realidad no sirve para nada y mejor sigue estos consejos para que pierdas el miedo y te conviertas en el mejor orador del momento.
1. Dominar el idioma y el tema
Aunque suena obvio, el primer paso es dominar el idioma en el que tengas que hacer tu presentación, esto aumentará nuestra confianza y hará que empieces a sentirte con más seguridad. Ya sabes que más vale prevenir, por lo que no está de más tomar clases de inglés, o de cualquier otro idioma, antes de que te enfrentes a alguna de estas situaciones y te encuentres en aprietos.
De la mano se encuentra saber por completo el tema del que vas a hablar, lo que menos quieres hacer es transmitir tu inseguridad al público al que estás hablando, pues además de verte poco profesional, puede que no se enganchen a lo que dices y simplemente te ignoren, pero vamos a relajarnos, si ponemos dedicación todo saldrá bien.
2. Ser conscientes del tiempo con el que contamos
La mayoría de las veces que se habla en público se tiene poco tiempo para expresar las ideas. Por eso debes saber cuánto tiempo tienes para poder incluir todos los puntos que quieras tocar. También te ayudará a ser consciente de a qué partes debes darles prioridad y qué temas podrías acortar en caso de ser necesario.
3. Pasión
Es una frase dicha por muchos: “la pasión hace que todo pase”. Si la información no despierta el interés de quien la expone, tampoco despertará el interés de la audiencia. No basta con conocer el tema a la perfección y poder responder a cualquier pregunta que te hagan, también es importante hacerlo interesante para todos, de esta manera tendrás más probabilidades de mantener a la gente atenta y que no se distraigan a los 3 minutos de haber comenzado.
4. Evita las muletillas
Aunque son un recurso para llenar esos momentos en los que nos quedamos sin palabras, cuando se abusa de las muletillas puede volverse en nuestra contra, excederse en el uso de “eh”, “este” o cualquier otra, no harán más que delatar nuestro nerviosismo o incluso hacer que la gente piense que no te preparaste lo suficiente.
No está mal quedarse sin palabras, de hecho puedes usar el silencio a tu favor, por ejemplo, cuando quieras dar un espacio para la reflexión y darle más importancia a un punto en específico. Pero igual que con las muletillas, puede perder su efecto si se usan de más.
5. Conocer a tu audiencia
Para que los nervios no se apoderen de ti es necesario saber a qué tipo de audiencias nos enfrentamos. No es lo mismo hablarle a un público de 10 años, a universitarios que a empresarios. Debemos saber de antemano qué tipo de lenguaje vamos a utilizar, dependiendo de la segmentación de la audiencia.
Otro punto muy importante es hacer contacto visual con el público. Los niños requerirán mucho más contacto visual para mantener la atención, mientras que tal vez un grupo de adultos no necesitará que voltees a verlos cada 5 segundos. Una clave es centrar nuestra mirada a 4 o 5 personas que se encuentren en distintos puntos del lugar para que nuestra atención no se centre en un solo punto.
6. Voz y entonación
Recuerda que muchas veces la importancia de las cosas no recaen sobre qué dices, sino sobre cómo lo dices, el tono en el que hables debe ir ligado a la emoción que quieras transmitir. No es lo mismo decir “se ganó la lotería”, con felicidad, a decirlo con tristeza, una puede ser interpretada como alegría, mientras que la otra como envidia.
No es lo mismo hablar en público con el fin de vender un producto, de informar o para convencerlos de que te contraten, tu mensaje tiene que ir de la mano con el tono de voz que decidas utilizar.
Dependiendo de en qué tipo de lugar te encuentres, la acústica puede ser buena o mala, por lo que tienes que asegurarte que se entienda lo que estás diciendo y que todos en el lugar te escuchen, claro, sin llegar a los gritos, por lo que posiblemente además de la entonación tienes que acompañarlo con una buena proyección de voz, tienes que asegurarte que desde la primera, hasta la última persona escuchen y entiendan lo que estás diciendo.
7. Utiliza apoyo visual
Sobre todo si es una presentación en otro idioma o bilingüe, es importante que prepares apoyo visual, para que no todo el peso de la presentación recaiga en ti. Si no estás completamente seguro de dominar el idioma en el que vas a hablar puedes utilizar la parte visual para asegurarte que te estás dando a entender o para reforzar la idea de lo que estás diciendo. Sin embargo, ten cuidado de no ser redundante y decir perro y mostrar la imagen de un perro.
8. Prepara la estructura del tema que vas a tratar
Gran parte de la confianza que puedas desarrollar comienza de tener en claro cuál será la estructura y cuál es el objetivo que quieres lograr, para ello el ritmo es esencial, debes mantenerlo durante el tiempo que estés hablando en público.
No importa si es un discurso para la aceptación de un premio, para el día de tu graduación u otro evento, es importante tener un guión de qué es lo que quieres decir, para no salirte del camino. Ten en mente que el principio es determinante para que la gente se conecte contigo y no pierda el hilo de lo que estás diciendo.
Al comenzar es bueno decir el tiempo que te tardarás en tratar el tema, de esta manera la gente tendrá más noción del momento y evitarás que entre en desesperación o que el tiempo se les haga eterno. Durante la conclusión puedes terminar en un punto importante, en vez de dar un resumen de lo que ya escucharon.
Por muy buena memoria que tengas no te confíes en que recordarás todo lo que quieres hablar, tal vez es igual de mala idea que leerlo todo. Una mejor opción es anotar en una tarjeta los puntos clave de los que quieres hablar durante tu presentación, de esta manera no te alejarás de los temas y podrás mantener el ritmo.
9. Lenguaje corporal
La mayoría de lo que comunicamos proviene del lenguaje corporal, por eso es importante que sepas cómo manejar tu cuerpo frente al público. En vez de tronarte los dedos, agarrarte constantemente la mano o mover sin parar la pierna, puedes usar un objeto en el cual concentrar tus nervios y de esta forma canalizarlos, por ejemplo una pluma, claro que tampoco hay que abusar pues puede volverse bastante obvio y molesto para quien esté observando.
10. Anticipa lo inesperado
Sin llegar al extremo de ser paranóico prepara cosas como preguntas que pueden hacerte, problemas técnicos que puedan presentarse y prevé cómo resolverlos antes de que pasen, así no te tomará por sorpresa.
11. Ensaya
No por nada existe el dicho “la práctica hace al maestro”, ya sea frente a tus amigos, familiares o frente a un espejo, practica más de una vez tu presentación cuando la hayas terminado, así podrás observar tu lenguaje corporal, saber cuánto tiempo te toma desarrollar todos los puntos y cambiar cualquier cosa que no te parezca del todo bien.
Recuerda que hablar en público es algo que se va mejorando con el tiempo, por eso practica y sigue practicando, no olvides que eres el dueño de la situación, con todos los pasos anteriores no olvides que tú eres el experto en el tema, no tengas miedo a llamarle la atención a tu audiencia, en caso de que sea necesario y siempre con respeto.
14 août 2017
