¿Cómo aprendemos?
Aprendemos a hablar, hablando,
A hacer el amor, haciendo el amor,
A estar alegres, estando alegres,
A sentir culpa, sintiéndonos culpables.
Como buena hija del Mundo Occidental del siglo XXI, tengo tendencia a dividirlo todo en partes innúmeras: el filete de carne que me como, el número de estrellas que hay en el cielo que consigo ver, las décimas que obtengo en mis exámenes y, también, la cantidad de deseo que mi novio siente hacia mí.
Obediente y fiel al análisis cartesiano, el padre que me ha educado, observo mi tendencia a hacerlo todo pedacitos para entender cada pedacito por separado, para después ir uniendo todos los pedacitos hasta, por fin, un día, conseguir volver a ponerlos todos juntos, ahora con líneas a veces apreciables, cual colcha hecha de retales, y entonces, orgullosa, sentir que lo entiendo todo, que todo está entero y que, yo al fin, consigo verlo.
¡Menudo ovillo mental, ¿no?!
Me pillo a mí misma, soñando despierta, mirando los tejados del Realejo, el barrio judío de Granada, mientras me dispongo a diseñar mi propio método para dar clases de español online.
Me pillo a mí misma preguntándome... ¿Acaso he de diseccionar mi propia lengua para poder enseñársela a otra persona? ¿Eso es lo mejor que puedo hacer como profesora: dividir el proceso de aprendizaje de una lengua en objetivos cognitivos, comunicativos, lingüísticos y socioculturales aplicados a las cuatro destrezas y pensar en qué rutinas crearé y qué herramientas usaré para poder transferirlos a mis estudiantes?
De mente De más
Sé que dar clase envuelve toda una responsabilidad por mi parte y, que estar preparada para mis clases es mi manera de ser responsable.
Sin embargo, me pregunto: “Si aquello que aprendemos es lo que creemos que podemos aprender, aquello que creemos que se nos da bien y que, por tanto, nos permitimos experimentar, aquello en lo que nos permitimos fallar tantas veces como sea para poder hacerlo bien, porque sabemos que se nos da bien en el fondo y, entonces, disfrutamos del proceso con sus errores y sus aciertos... ¿No será mi principal objetivo hacer que la otra persona crea en su talante y en su talento hacia la actividad en sí?”
E-Motion
Sí, sin duda, más que de mente, se aprende de emoción, de movimiento, de amor, de gusto, de fé, de ganas. Así que el principal movimiento es éste.
La otra parte también ayuda, la de dividir en partecitas, pero está claro, que hayamos dividido y vuelto a pegar después o no, la colcha existe por sí sola.
Entonces, dividamos más o menos la lengua para poder transmitirla, la lengua existe por sí misma y, el aprenderla o adquirirla, con más o menos análisis o sin ninguno, es un hecho.
Yo aprendí inglés, dividiéndolo a cachitos, portugués brasileño sin cortarlo ni un poquito, a hacer el amor sin quebrarlo y a tocar la flauta con partituras... y todo esto lo sigo aprendiendo con gusto y ganas.
Desde mi experiencia, creo que si quieres aprender algo, lo aprendes con cuadrícula o sin ella.
Como dice mi abuelo: " Consigue más el que quiere, que el que puede".
18 de Outubro de 2018