Pen pals: amigos por correspondencia para practicar tu comunicación escrita

Pareciera que el mundo cambió de un día para otro: los niños dejaron los balones por los videojuegos, las cámaras de 35mm fueron sustituidas por las digitales y la correspondencia por el e-mail.

El viejo arte de escribir cartas a un familiar lejano contándole del día a día, enviar un sobre perfumado a un amor que se fue o mandar fotos a una amistad que cambió de ciudad, pareciera que murió con la tecnología. Todo se hizo más fácil, una llamada, un texto o un e-mail. Pero ¿qué ventajas ofrecía tener un pen pal además de comunicar novedades, alegrías y dramas?

Fomentar la creatividad: la tipografía, las fotos, los pequeños dibujos que describen situaciones y hasta cosas tan simples como la selección del papel, el sobre y el estilo de las  estampas era algo que se cuidaba, porque esos detalles también comunicaban.

Dejar un legado: una carta escrita, en comparación con un e-mail, es un bien físico que probablemente será atesorado por años. Jamás nos hubiésemos enterado de aquel amor de verano que tuvo la abuela cuando se fue de viaje por Italia si se hubiesen escrito un e-mail. Todo un regalo para compartir con las siguientes generaciones.

Enriquecer la escritura: escribir una carta a mano es muy distinto que redactar un e-mail; por lo general no había vuelta atrás, se escribía hasta soltar todo y si una palabra estaba mal escrita no se delineaba de rojo y si uno se arrepentía, no había “ctrl + z”. Además, al escribir en papel se presta más atención a lo que se quiere decir, a la ortografía y gramática, al estilo propio y a las intenciones.

Practicar otro idioma: los pen pals venían en todos los idiomas, nacionalidades y culturas. Escribirle a alguien de otro país servía para practicar la escritura y comprensión de tu segunda lengua. Además de compartir los pormenores y dramas de tu vida de manera poética y llena de sentimiento, se tenía el gran reto de hacerlo en otro lenguaje. 

Tener un pen pal era una gran manera de practicar y aprender inglés u otro idioma, sin sentirlo forzado. Y aunque esta tradición haya sido de la época de nuestras abuelitas, la puedes adaptar con estas ideas, el punto es practicar inglés lo más posible, mejorar tu gramática y divertirte al mismo tiempo:

The old fashion way: ¿recuerdas las hojas de papel? Saca tu máquina de escribir o tu pluma morada favorita y comienza escribir en inglés, no importa que cometas errores y que se te haya olvidado cómo hacerlo. Esta vieja tradición le sacará una sonrisa a tu amiga que vive en San Francisco; recibir un correo que no sea la cuenta del teléfono será una bonita experiencia. 

Escribe un blog: tener un journal online en el idioma que estás aprendiendo es una manera divertida para seguir practicando. Siéntete libre de escoger el tema, puede ser lifestyle, viajes, gastronomía o cultura, comparte tu arte o simplemente habla de tu día. El chiste es seguir practicando.

Pen Pal Teacher: tal vez suene un poco scary, pero qué mejor manera de practicar tus writing skills que con alguien nativo del idioma, no importa que sea por e-mail. Olvídate de las formalidades en clases y conoce un poco más sobre su vida diaria, cultura y costumbres. Al final de cuentas, además de ser profesor, es una persona y también disfruta de salir los viernes por la noche, los lazy sundays y tomar café. 

Si no tienes un profesor de idiomas o un amigo en el extranjero, te proponemos que tengas ambos. Sigue practicando tu inglés, francés o idioma favorito con un profesor nativo que te platicará de  sus experiencias como local en su país de origen. Es el mejor combo para tener un pen pal.